jueves, 6 de noviembre de 2008

Insiste Jerónimo González

Por la avenida Independencia, sin recordar de donde vengo, voy de regreso y no escucho la ciudad...
Imagino el ruido a chapa floja, a tornillo desajustado de ese 591 destartalado que, como siempre, suele pasar cuando no lo espero; imagino el cantar de la verde sirena de esa blanca ambulancia que pasa veloz persiguiendo a la esperanza, escapando de la muerte, avisándole a la gente; imagino el irritante ladrido de ese pequeño perro que corre tras una bicicleta sin querer alcanzarla, como todo perro corriendo por correrla nomás; imagino la música en los auriculares de ese chico con mirada cansada y la pared en la espalda; imagino todo lo que no escucho, mientras el ritmo de mis pasos largos, livianos, lentos, inciertos, silenciosos, curiosos, gastados, me acerca disimuladamente a mi casa...(una antitesis del mundo, casi un sinónimo de hogar).
En esta noche cada vez más lejana, más vacía de sombras y de ganas, tan solo puedo imaginar, caminar, respirar... y volver a imaginar...
...y así, imaginando, descubro que no es la imaginación siempre un placer, descubro que la imaginación, esa misma que a veces nos cura y limpia, otras veces duele y lastima...
...imagino el ruido del silencio de esas personas que duermen sin descanso, sin abrigo y sin sueños, como peces muertos sobre una piedra mohosa o que lentamente se descomponen al sol mientras esperan una ola que los lleve bien hacia el fondo, por fín hacia el cielo del mar...
Pero no me detengo, sigo volviendo...
...no lloran mis ojos, no siento mucha pena, ni escucho la ciudad...
...en esta madrugada que aún no se decide entre la noche y el día, fue la imaginación mi única compañía...
...y me pregunto...
... por qué tan poco?...
...y me respondo...
...para qué más?.

Jero...
PD: vale expresarse!!!...

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