lunes, 29 de junio de 2009

Fw: Original camara estenopeica


Hola Julián!

Buceando en la web en busca de fotos y material de estenopeicas encontré varios articulos que me direccionaron al siguiente sitio ( http://www.boyofblue.com/cameras/3rd_eye.html ) donde un tal Wayne Martin Belger creador de variadas camaras ha fabricado una con una calavera y la bautizó "el tercer ojo".
Quizas ya lo conocías, pero me pareció interesante enviartelo para compartirlo el viernes proximo con los compañeros.

Un abrazo

Christian (del grupo de los viernes a las 19:30 hs)

miércoles, 24 de junio de 2009

Fw: Persecución a blogs políticos

Don Julio Viard advierte
 
----- Original Message -----
Sent: Wednesday, June 24, 2009 7:27 PM
Subject: Persecución a blogs políticos




http://www.rebelion.org/noticia.php?id=86930


El grupo Clarín y Youtube emprenden campaña de persecución a blogs políticos argentinos


El grupo Clarín, conglomerado massmediático argentino ha iniciado una escalada de censura contra bloggers políticos argentinos suprimiendo videos y cuentas en Youtube.

El grupo alega derechos de copyright sobre declaraciones de funcionarios o noticias de interés general, que además de ser un disparate no tiene asidero legal en Argentina.

Youtube, por una cuestión de tamaño del Goliat mediático argentino o por solidaridad empresarial, ha suprimido videos, cuentas o ha intimado a usuarios con amenazas de sanción. El resto del espectro massmediático argentino guarda solidario silencio ante estos atropellos de censura empresarial.

Los bloggers argentinos han reaccionado solidariamente plasmando la difusión de la denuncia de estos hechos en un manifiesto abierto a todos quienes quieran sumarse:


MANIFIESTO BLOGUERO CONTRA EL ABUSO DE ARTEAR

Blogueros políticos y económicos de la República Argentina, agrupados sin distinción de simpatías partidarias, repudiamos el abuso de propiedad en que está incurriendo Artear S.A., impidiendo la difusión de videos que contienen entrevistas y declaraciones de funcionarios públicos y personalidades relacionadas al quehacer político de nuestro país.

En este sentido, y bajo la excusa de proteger derechos de Copyright, Youtube elimina, a instancias de ARTEAR S.A., los contenidos audiovisuales que, pese a ser generados y transmitidos por sus señales, incluyen información de carácter público. De esta manera se cercena la libertad de difusión de la información de interés ciudadano, con grave daño a la libertad de expresión. Un grupo concentrado de medios de comunicación pretende así controlar no sólo la generación sino también la circulación de la información política en el país, interfiriendo en los contenidos elaborados por medios de comunicación independientes.

Por esto, solicitamos que restablezcan las cuentas y los videos injustamente eliminados y se garantice la libertad de difusión y circulación de la información de interés ciudadano tal como lo expresa la Ley de Propiedad Intelectual (Ley 11.723) en su Artículos 27 y 28.

Nos dirigimos a todas las instituciones y personalidades del país y del exterior que defienden la libertad de expresión y de difusión de informaciones solicitando un claro pronunciamiento en defensa de los blogs afectados (Mundo Perverso y Registromundo) y para poner fin a este tipo de maniobras antidemocráticas, que privilegian los intereses corporativos por sobre los derechos de los ciudadanos.

http://bloguerosporlalibertad.blogspot.com/2009/05/manifiesto-bloguero-contra-el-abuso-de_28.html




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lunes, 22 de junio de 2009

Fw: concurso...

Noelia Monópoli sugiere...
 
----- Original Message -----
Sent: Saturday, June 20, 2009 8:15 PM
Subject: concurso...

http://traveler.nationalgeographic.com/world-in-focus-contest?source=email_photo_20090618

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miércoles, 17 de junio de 2009

Marcelo Montiel comparte la historia de un tipo que se la bancó

ESTE TIPO SI QUE SE LA BANCO
La increíble historia del náufrago que sobrevivió a todo
A 50 años de un trágico vuelo inaugural.
Nadó hacia arriba con todas sus fuerzas y cuando salió a la superficie, en medio de la más oscura de las noches, el hombre pensó dos cosas: su avión había caído al mar y él se había salvado. Estaba solo en la inmensidad, entre olas gigantescas, y no se veía nada. Iba vestido con saco y corbata, y le sangraba la cabeza, pero en ese instante sólo podía pensar en la enorme alegría de haber sobrevivido a una tragedia. Una alegría indescriptible y psicológicamente incorrecta. Un optimismo sobrenatural.
El ingeniero Roberto Servente tenía 39 años hace cincuenta, manejaba una empresa de construcción y su familia veraneaba en Mar del Plata. Servente viajaba los fines de semana: lo hacía siempre en auto o en rastrojero, pero ese viernes se inauguraba el primer vuelo de Austral y entonces se anotó con un amigo de su hermano.
La nave era un Curtis de la Segunda Guerra Mundial que había sido reciclado como avión de línea y, con tripulación incluida, viajaban 59 personas aquella noche de perros. A Servente le tocaron los últimos asientos, después de una demora por problemas meteorológicos. Finalmente, el Curtis levantó vuelo a las diez de la noche en medio de una gran tormenta, sorteó las nubes y cruzó el cielo hasta llegar a Mar del Plata. Cuando fue a aterrizar, después de algunas vueltas, el piloto tomó tarde la pista y le quedó corta, por lo que tuvo que ascender de nuevo con el motor a fondo. La azafata les avisó a todos que por problemas técnicos regresaban a Buenos Aires.
Servente miró la cara de la chica y le dijo a su compañero: "Se la ve muy tranquila, che". Pero el avión había temblado y pronto se dieron cuenta de que perdía altura. Volaba cayendo y cayendo, y en un momento rozó las crestas del océano y el ala derecha se partió con un horrible crujido. Fue entonces cuando el Curtis, por la inercia del golpe, se dobló hacia la izquierda y se clavó en el mar. La superficie de agua era, a esa velocidad, como una pared de concreto, y el choque fue tan duro que cincuenta y cuatro pasajeros murieron desnucados en ese movimiento seco. Luego, las autopsias confirmarían que sólo cuatro de ellos tenían agua en los pulmones: habían muerto ahogados luego de haber sobrevivido al impacto. Pero la inmensa mayoría casi no sufrió; sólo experimentó un dolor corto y letal.
El ingeniero se distinguió del resto porque, en un movimiento instintivo, se agachó en posición fetal y, a pesar de que se abrió la frente contra el asiento delantero, salvó su cuello de ese crac maldito. Cuando levantó la cabeza, vio que el techo se quebraba, y que se le venía encima una ola enorme de agua verde y brillante. La masa avanzó arrasando todo, mientras Servente intentaba desesperadamente soltarse el cinturón y pararse. Hizo a continuación lo que hacía en la playa con las olas grandes: se agachaba y cerraba los ojos mientras era arrastrado hacia atrás. La cola del avión se había desprendido y el ingeniero fue traccionado hacia el mar. De repente, abrió los ojos y se dio cuenta de que estaba fuera del avión. Empezó a patalear y a nadar hacia arriba con todas sus fuerzas y, al asomarse, sintió el aire puro y salvador, y aquella feroz alegría.
Su situación no era muy alegre que digamos. Aunque no lo sabía, tenía rotos la tibia, el peroné, varias costillas y una clavícula, y tenía un enorme tajo sangrante en la cabeza. Pero Servente no registraba esos desperfectos del cuerpo; ni siquiera sentía dolor. Sólo saboreaba el oxígeno y la "droga" de la felicidad del sobreviviente.
Estaba en esa ensoñación de su extraña dicha, cuando oyó un grito. La oscuridad era total, y el ingeniero intentó aguzar el oído. Era el grito de una mujer, a muchísima distancia. Pero el ingeniero no podía detectar siquiera la dirección, y enseguida dejó de oírlo. Sólo se oía ahora el rumor bramante del mar y del viento. El náufrago no podía ver más allá de un metro, y antes que nada decidió quitarse el saco y deshacerse del pantalón para poder nadar mejor. Luego dio unas vueltas para tratar de divisar la costa. Pero sólo encontró a lo lejos una luz puntual. "¿Qué hago? -se preguntó, pataleando para mantenerse a flote-. ¿Me quedo en el lugar para que sepan dónde rescatarme? ¿Voy hacia la luz, o me dejo llevar por el oleaje?" Se trataba de una decisión crucial. Y justo allí, en medio de las inclemencias de la naturaleza, vino a su memoria un libro.
Había leído Corazón , de Edmundo De Amicis, durante su niñez, y recordaba un cuento en el que unos náufragos remaban desesperadamente en un bote salvavidas para tratar de alejarse del barco que se hundía y amenazaba con succionarlos. "¿Dónde está el avión?", se preguntó. Podía ser que una parte del Curtis aún permaneciera flotando por allí y que también se estuviera yendo a pique, y que en su caída lo chupara y lo arrastrara hasta el mismísimo fondo del mar. Tenía que irse de inmediato de ese sitio. Vamos: ¿la luz o el sentido de las olas? "La marea viaja hacia la playa; eso es seguro -razonó, con el agua al cuello-. Las olas me tienen que llevar a tierra firme." Fue una buena idea. La luz pertenecía al faro de una lejana escollera, a varios kilómetros de donde se encontraba: hubiera muerto en el intento. Servente descartó nadar crawl o pecho, porque son estilos muy exigentes. Se puso de costado y nadó over, tratando de administrar sus energías al máximo.
Su espíritu naturalmente optimista lo salvó de morir. Nunca pensó durante esa larga noche en tiburones, ni en más desgracias, ni en abismos. No se enredó en pensamientos oscuros. Mantuvo la fe en sí mismo y en el hecho de que había salido indemne de una catástrofe total. Pensó que el lunes debía pagar la quincena y que el accidente lo había salvado también de ese disgusto. Otros se encargarían del trámite: al fin y al cabo, él no era tan imprescindible. Tal vez cuando llegara a la playa estuvieran incluso esperándolo sus pequeños hijos: se los imaginaba recibiéndolo con alaridos como si él fuera un atleta o una especie de héroe. No pensaba en temas profundos, y su optimismo rechazaba todas las cosas negativas. Así en el mar como en la vida, nadó y nadó con confianza, pero aceptando las leyes naturales: se dejaba llevar por las olas hacia adelante y no oponía resistencia cuando las olas lo devolvían hacia atrás. De esa manera, avanzaba lentamente, pero sin perder las fuerzas.
En un momento, horas después, se empezó a adormecer y lo despertó el agua salada, que le invadió la boca. "¿Dónde estoy? -se preguntó-. Voy a morir. ¿Cómo será morir?" Servente tenía un concepto elemental, pero eficaz, de la vida. "Lo malo es sufrir y lo bueno es lo contrario -se decía, mientras braceaba de costado-. Yo me siento bien y creo que puedo seguir nadando mucho tiempo. Mientras esté despierto, tengo grandes posibilidades de llegar a la playa. Ahora, ¿qué pasa si me duermo? Si me duermo, me ahogo. Bueno, pero en ese caso tampoco sufriría. No sufriría nada porque sería como si el mar me durmiera para siempre. Estoy preparado para cualquiera de las dos alternativas." Servente es un ingeniero cartesiano y positivista, y sus cálculos de probabilidades daban suma cero: no había forma de fracasar, aun muriendo. Hay optimismo hasta en la muerte, ese asunto que el ser humano ha convertido en drama antinatural y monstruoso.
Servente nadaba sin monstruos en medio de las tinieblas. Y cuatro horas después de que el Curtis se clavara en el mar, divisó en la oscuridad una línea blanca: la rompiente. Ese ruido y esa visión lo despabilaron. Siguió el movimiento de la marea, con paciencia infinita, y de repente tocó algo sólido: una roca. Se aferró a ella como pudo, y subió y se sentó unos minutos a descansar. Estaba en camisa y corbata, y calzaba todavía sus zapatos de cuero. Pero el viento tormentoso de aquella noche de enero de 1959 era tan frío que lo ametrallaba.
Tenía la ropa mojada y sentía alfilerazos por todo el cuerpo. Bajó de nuevo al agua, que estaba más templada, y siguió nadando y arrastrándose y gateando en la arena, y al final percibió que se hallaba en una solitaria playa del Norte, cerrada por la pared de un acantilado. Por suerte, el mar había cavado cuevas en los pies de esa pared, así que el náufrago se metió en una de ellas buscando algún tipo de reparo.
En ese punto, temblaba dentro de un lago de pesadillas y adormecimientos. La siguiente vez que recuperó la lucidez, estaba mirándolo un perro y, al girar, vio un bosque de piernas y oyó unas voces lejanas y tumultuosas. Un cura que estaba en Camet pensó que, si había sobrevivientes, la marea los arrojaría sobre esas playas remotas. Así que armó un reflector con el faro de un auto, subió a dos o tres policías en su jeep y los llevó a rastrillar la zona. Lo descubrieron escondido en esa cueva porque Servente era alto y sus zapatos sobresalían. Lo envolvieron en un capote y lo subieron al jeep. El ingeniero se desmayó y recuperó la conciencia cuando los médicos lo revisaban. Había cincuenta médicos esperando a los sobrevivientes. Pero de cincuenta y nueve pasajeros, uno solo había salido con vida. Durante cuatro días, todos los cadáveres fueron apareciendo en las costas y pudieron ser recuperados. El último fue un niño pequeño.
Servente estaba todo magullado y lo trasladaron hasta un sanatorio. Además de las fracturas, tenía neumotórax y orinaba sangre. Su hijo de nueve años se quedó alelado al verlo en aquella cama, metido en una carpa de oxígeno. Todos se compadecían del ingeniero, pero él, por dentro, estaba eufórico. "¿De qué se preocupan tanto todos estos? -se preguntaba-. ¿No ven que estoy vivo?" Había peregrinaciones en la avenida Luro para estar cerca del lugar donde yacía el hombre del milagro. Había gente que viajaba a Mar del Plata para verlo o para seguir de cerca su destino. Cuando volvió a veranear en la playa, hombres y mujeres hacían cola para saludarlo y hablar con el náufrago imposible.
Nunca se le pasó por la cabeza un rencor. "Fue una fatalidad", se dijo. No quiso indemnización, ni juicio ni venganza. Recordó para siempre que no era el centro del mundo; reacondicionó su ego y aprendió a ejercer la responsabilidad sin desesperación. Siguió con su empresa adelante y se convenció a sí mismo de que el optimismo sobrenatural le había evitado perecer en las aguas negras de esa noche.
Hizo muchas cosas durante su larga vida. Construyó la autopista Buenos Aires-La Plata; estuvo en el negocio de los centros de esquí situados alrededor del cerro Catedral; fue dirigente de la Cámara Argentina de la Construcción y funcionario de Frondizi y de Guido, y hasta conoció a Perón; consiguió que Alfonsín le pidiera un crédito a España y luego, que Menem destrabara la maraña burocrática para construir el edificio de la Biblioteca Nacional, y en el medio fue presidente de Alas, empresa de aviación, y director de Austral. El colmo de un náufrago: dirigir la empresa de la nave que lo hundió en el mar y que lo hizo vivir una penuria.
También se dedicó a preparar a aquel atribulado hijo de nueve años para sucederlo en la empresa. Pero cuando ya tenía 48 años y había tomado su antorcha, al hijo le apareció un melanoma y el padre tuvo que acompañarlo en su agonía y sepultarlo. Su hijo era un hombre de fe cristiana. Servente, en cambio, sólo creía en Dios, pero no seguía sus ritos. En medio de aquella noche de 1959, nadando a oscuras, pensó que debía rezar. Pero de inmediato se dijo: "No tengo derecho a pedir misericordia. Debo recibir sólo la ayuda que merezco". Con ese temperamento, con esa filosofía, tomó el más doloroso de los acontecimientos que hombre alguno puede sufrir: la muerte de un hijo.
Eso pasó hace diez años, y ahora Roberto Servente tiene 88 y sigue trabajando como todos los días en su oficina de Puerto Madero. Lo salvó el optimismo, pero siente un raro sabor de derrota en la boca: a pesar de la pasión y el entusiasmo que puso en este país, las cosas no salieron bien.
Me mira perplejo, tratando de interesarme en el análisis de ese misterio nacional, cuando a mí sólo me intriga saber cómo el náufrago sobrevivió a todo. "Una vez que íbamos al Sur en avión, hubo problemas y tuvimos que dar la vuelta en medio de una tempestad -me cuenta, encogiéndose de hombros-. Yo hice un rápido cálculo de probabilidades. Soy ingeniero, ¿vio? Después me resigné y me dije: «Si antes los diarios me pusieron en tapa, ahora me van a dedicar un titular gigante. ¡Qué bueno!». Y me reí de ese pensamiento, y fui optimista y no pasó nada."
El accidente del vuelo inaugural de Austral que unía a Buenos Aires con Mar del Plata fue un hecho conmocionante para la Argentina de aquellos años. Sólo la cola del Curtis y dos de sus llantas pudieron recuperarse porque flotaron hasta la playa. El resto del fuselaje permanece hundido frente a Camet, en aguas profundas. Sólo quedan los cincuenta y ocho fantasmas y un trozo del avión, que está en un cuadro, frente al escritorio de Servente. Hace cincuenta años que el ingeniero lo mira, día tras día, mientras lucha por sobrevivir al gran naufragio. El naufragio argentino.
Por Jorge Fernández Díaz
26/04/09 LA NACION

Mas de una vez mientras manejo mi auto por la costa de Mar del plata miro hacia el horizonte marino fantaseando desde que distancia podria yo nadar si en ese momento apareciera alla en el fondo vestido con ropa de repente y tuviera que volver nadando, asi sin mas, fijo un punto de referencia y me digo _ desde allá - , no no mejor desde alla y despliego una serie de suposiciones con respecto a la deriva , el oleaje , el viento y otras frutas , es una fantasia negativa como un pararayos, esta ahi y saves que te salva, pero por alguna razon no quisieras que suceda nunca el hecho de que caiga un rayo en el techo de tu casa, esto es lo mismo siempre me pasó mirar al mar y calcular la distancia de supervivencia hacia mi persona , cuando lei la historia de este tio un deja vú me ataco desde el fondo del craneo y supe que este tipo era un capo habia superado el limite del coraje, tal vez porque nunca se imagino que algo asi le sucediera, tal vez -que capo..

Publicado por Marcelo Montiel para Marcelo Montiel fotos el 6/16/2009 04:28:00 PM

viernes, 12 de junio de 2009

Fw: FOTANCIA TOTAL le reclama participación

 
----- Original Message -----
Sent: Sunday, June 14, 2009 2:26 PM
Subject: FOTANCIA TOTAL le reclama participación

A ver si participan, a ver...

www.buenosairesphoto.com/concurso08.htm

Suerte
(para pasar el invierno)

Your friend RSA

Fede desde Neuquén comparte información para hacerse rico y dominar el mundo

2º CONCURSO INTERNACIONAL DE FOTOGRAFÍA "IBEROAMERICANOS 2009"
Concurso propuesto por la Embajada de España en Bolivia y la AECID que tiene como objetivo el fortalecer los lazos culturales de la comunidad iberoamericana de naciones, apoyando y difundiendo su producción fotográfica contemporánea.

Está organizado desde Bolivia y abierto a Iberoamérica con motivo de la conmemoración del bicentenario de la República, de las designaciones de Sucre como "Capital de los Bicentenarios Americanos" y de La Paz como "Capital Iberoamericana de la Cultura".
El tema macro de este concurso está enmarcado dentro de la iberoamericaneidad, entendida como una perspectiva de vida, mirada, relación y comunicación entre las personas y pueblos iberoamericanos y un tópico micro que cerca de manera más específica al tema: la frontera.
Premios:
Primer premio: 4.000 USD$
Segundo premio: 2.000 USD$
Tercer premio: 1.500 USD$
Las fotografías ganadoras, más una muestra de fotografías seleccionadas, recorrerá varios países como colección itinerante.
Cierre de la convocatoria: 31 de julio 2009

jueves, 11 de junio de 2009

Fw: Julián, sobre Gervasio Sánchez....

 
----- Original Message -----
Sent: Thursday, June 11, 2009 2:14 AM
Subject: Julián, sobre Gervasio Sánchez....

Ayer me llegó un correo con un discurso de Gervasio Sánchez (fotógrafo español del que seguro ya sabes bastante)...acá mismo te envío su discurso, por si nunca lo has leído...

Me supieron emocionar y encantar sus obras y trabajos ("Sierra Leona, Guerra y Paz", "El cerco de Sarajevo", "Kosovo, crónica de la deportación", "Las víctimas de Pinochet", etc...), en los cuales encuentro una fuerte presencia del gran Capa(en el modo, en la técnica, en la busqueda y la intención) y otro poco de Nachtwey (sobre todo en la crueldad con la cual se dice lo que se pretende decir)...¿puede ser?...
...tanto me supo emocionar y encantar eso, como así también su coraje para decir lo que piensa y siente justo en la cara de quienes deben escucharlo...
Me erizan la piel esos artistas que no se quedan estancados en las galerías pálidas, los canapés desabridos, los discursos pedorros y el prestigio berreta...
...me gustan MUCHO esos artistas que, como Gervasio Sánchez, no olvidan lo importante que ha resultado siempre, y aun resulta, el arte en la ardua y necesaria tarea de transformar la realidad...intentando llevarla del terror y la injusticia, a la alegría, la libertad y la igualdad...
...tipos como este me convencen de que, en la histórica lucha por "cambiar al mundo", una cámara fotográfica, puesta en  manos de un ser humano sensible y tenaz, puede resultar tan efectiva como una bomba debajo de cualquier banco de la Cámara de los Comunes del Reino Unido...
                                                     ...e incluso mucho más!...jajajaja.
Aunque es cierto que podrían ser discutibles los sitios donde ha expuesto su último trabajo y algunos agradecimientos a instituciones, medios y empresas (El País, la Cadena Ser, ONGD Manos Unidas y DKV Seguros), también es cierto que aún más discutible resultaría mi intervención en cualquier discusión de ese tipo y sobre una persona que, a simple vista, se puede ver ha hecho mucho…mucho más que yo...jajajaja...
                                                                    …así que por hoy elegiré no hilar tan demasiado fino, no tropezar con el absurdo y darle mayor crédito a ésta mi piel erizada…jaja.

Un abrazo grande, Julián...

Espero este tipo de correos no te molesten, sino me decís he!!!...

Jerónimo... 



Discurso pronunciado por Gervasio Sánchez (periodista y fotógrafo) durante la entrega de los premios Ortega y Gasset el 7 de mayo. En el acto estaban presentes la Vicepresidenta del Gobierno, varias ministras y ministros, ex ministros del Partido Popular, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, el Alcalde de Madrid, el Presidente del Senado y centenares de personas más con intervención directa en distintas instancias del poder oficial y empresarial español.

Estimados miembros del jurado, señoras y señores:
Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo.
Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.
No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.
Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.
Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad. Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.
Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.
Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.
Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.
Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.
Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.
Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.
Muchas gracias.



...somos nada y valemos mucho...



Tus elecciones hablan por vos… ¡Conocé quién sos realmente!

martes, 2 de junio de 2009

Fw: Una frazada, por favor ...

----- Original Message -----
Sent: Tuesday, June 02, 2009 2:52 PM
Subject: Una frazada, por favor ...

Si alguien tienen una frazada que les sobre,
para mi amigo Miguelito que cumple 89,
y tienen una sola, y pasa un poco de frío,
el no se queja porque es muy gaucho,
pero yo se que la necesita.

Gracias ! Daniela